De recurso a capital humano

Trabajar en una empresa no es solamente cumplir un horario, o con los objetivos de la semana, no se resume en dedicar tu talento y conocimientos a un fin común, no, ser un asalariado es ofrecerles a un grupo de ejecutivos lo más valioso que tiene toda persona, su tiempo, algo invaluable que puedo asegurar no se compensa con los numeritos en tu cuenta al final del mes. Por eso es tan importante encontrar un lugar de trabajo que vaya acorde a tu filosofía de vida y aspiraciones, que puedas convertir casi en un santuario, que realmente te retribuya en experiencia y conocimientos lo que le estas ofreciendo, y que te proporcione un salario que, aunque no represente de forma cuantitativa todo el tiempo invertido, por lo menos te augure una vida digna y holgada fuera de sus instalaciones, que te permita pagar la libertad de dormir con la conciencia tranquila y sin deudas anexadas en tu mesita de noche.

0c803b82582228be3249181f548d4677

Una vez leí una frase de la que entonces me he hecho eco en varias ocasiones decía “Y si lo capacitamos y se nos van, Oh, pero y si no los capacitamos y se nos quedan”, haciendo alusión a la importancia de cómo parte del paquete que te ofrece la empresa agregar el factor “crecimiento profesional” como un atractivo vital no solo para el empleado sino para la Institución, invertir en desarrollar el talento de nuestro personal, o mejor aún contar con empleados talentosos y motivarlos a continuar desarrollándose es la clave para el desarrollo exponencial de cualquier organización. Me imagino que por eso en los últimos tiempos se ha cambiado término “recursos humanos” por “capital humano”, una empresa sin capital está destinada a la quiebra, al fracaso, al estanco, la clave de una gestión acertada está en la gente que en ella participa. Bien lo escribió el vicepresidente de los Estados Unidos, Joseph Biden Jr. en The New York Times:

“En el siglo XXI, la verdadera riqueza de una nación se encuentra en las mentes creativas de su gente y en su capacidad de innovar.”

work-791218_640

Pero entonces, a veces pasa algo muy curioso en el mundo empresarial, o por lo menos eso he percibido como profesional de una nueva generación, tíldennos de millenials, inconformes, activistas, emprendedores, como quieran, pero definitivamente estamos claro que el mundo es más de las 4 paredes que rodean tu oficina, que las oportunidades son infinitas y que el síndrome de 8 a 5 (entran a trabajar a las 8 de la mañana y salen de la oficina a la 5 de la tarde) es un mal enfermizo del que hay que mantenerse a una distancia considerada, no vaya a ser que te contagies y te conviertas en un zombie asalariado que hace la misma función de una computadora, mecánica y puntual, que apenas da lo que se le exige y pasa más esperando la hora de salida que realmente terminando sus pendientes.

Yo creo que las empresas deberían celebrar a esos locos que le corren a la rutina, que llegan 15 minutos después de la hora establecida porque habían dejado todo listo y mientras tanto estaban viendo una charla de TED, realizando un curso en línea, o simplemente disfrutando un café; esos que salen a comer con amigos y se ríen y vuelven con cargas creativas para canalizarlas en trabajo de calidad que rompe los esquemas de “la mayoría”; esos que entienden que trabajar por objetivos y no por las agujas de un reloj es más saludable y a la larga mucho más rentable, las empresas deberían celebrar a esos locos que no esperan que los llamen para decirles que hay un curso que le gustaría ofrecerles y al contrario buscan sus propias oportunidades de crecimiento y las presentan, que llevan respuestas, soluciones, alternativas y no problemas; las empresas deberían aplaudir a esos locos que viajan, que están claros que en ninguna cápsula de su contrato había un artículo donde decía implícitamente que debían vender su alma, y saben que viajar despierta los sentidos, es una bocanada de aire fresco, que te motiva a cuestionar tu alrededor, a mejorar lo que “siempre se ha hecho así” y te hacen una persona global más cerca de realidades ajenas para los que trabajan con los ojos vendados.

office-620823_640

Las empresas debería fomentar a que esos locos continúen buscando por sus propios medios todo eso que a la larga le suma a la propia institución. Porque no son solo un título de grado y varios años de experiencia laboral en un cv, no, valen por todas las horas que han invertido leyendo lo que toca sus manos, las personas que han conocido, los lugares que han visitado y los artículos que redactan, las campañas que inventan, la solución precisa a un problema que había tratado de ser escondido o las frases pegajosas que parecen salir de la nada son el resultado de todo eso “extra” que se han atrevido hacer, de todo lo que sus sentidos han podido percibir.

6933933-10601093 2

Así que a esas empresas de la vieja escuela, sólo me queda decirles que revisen sus acciones, porque de cortarle las alas a esos locos que entraron en su estructura corporativa, me apena informarles de que sus días están contados. El futuro no se predice, se crea, así que detecten y retengan a esos aliados que pueden crear el futuro promisorio que desean. Recuerden que no se puede descubrir un mundo nuevo con un mapa viejo.

Y para los que todavía no están muy claros, les dejo este interesante video que explica un poco a esos locos que están cambiando el mundo.

2 thoughts on “De recurso a capital humano

Leave a comment