En el 2013 la República Dominicana fue catalogada como el segundo país de los 182 pertenecientes a las Naciones Unidas con más muertes de tránsito por cada 100 mil habitantes. ¿Y qué se ha hecho al respecto? hablar sobre el tema, más nada. Este semáforo, igual que muchos otros en nuestra ciudad es un arma asesina, la gente no respeta las leyes porque la misma ley se burla de sus herramientas de control.

Esta foto la tome hace unas horas, una interesante paradoja donde los carteles de aspirantes a dirigir la ciudad que alegan es “su orgullo” o buscan “un Santiago mejor” (evidenciando la grave falta de creatividad en la comunicación política de nuestro país, pero eso lo dejare para luego) adornan la señal de tránsito por la que se supone me debo guiar. Tan contradictoria como aquel otro cartel en el que se lee “El pueblo manda”.
Hablamos de Duarte y de orgullo dominicano, de miss universo o cualquier otra cosa que este en el tapete. Los políticos hablan de crecimiento económico y los del partido contrario de pobreza e injusticia. Los medios de comunicación hablan teniendo sobre la mesa los respectivos intereses de sus dueños. Los idealistas hablan de utopías, de inclusión, de desarrollo y sostenibilidad. Los ejecutivos hablan del comercio, de la inflación y critican todo lo que no vaya acorde a sus planes de negocio. Los activistas hablan de un mañana mejor, de trabajar unidos. Todos hablan, pero muy pocos actúan.
Vamos a empezar a hablar de otra cosa, algo que vaya acompañado de cambios significativos, que no tome lados ni asuma posturas, que sea sincero, que sea real. Para que el pueblo “mande” este debe saber lo que quiere y exigirlo.
A mi háblenme con resultados, quiero entablar un diálogo con esos pocos que no creen en el cambio sino que se han convertido en el cambio mismo. Vamos a involucrarnos pues bien lo dijo Benjamín Franklin “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” y no dejar lo de nosotros a otros.
Hoy es un semáforo que no se decide, mañana puede ser un fraude electoral, hoy este contratiempo puede ocasionar una o dos muertes, mañana la inconformidad, ira y apatía matará a todo un pueblo que teniendo mucho que dar va a preferir cobijarse en lamentaciones.
Y fin de la historia.
